Hoy se cumplen 70 años del fin de la Batalla de Stalingrado, una de las más cruentas y decisivas para el curso de la II Guerra Mundial y el principio del fin del nazismo en Europa.
El 28 de junio de 1942, los ejércitos alemanes lanzaron una gran ofensiva para apoderarse del Cáucaso, con sus campos petrolíferos, y llegar al Volga, pero sus fuerzas fueron insuficientes y confiaron la cobertura de los flancos a divisiones rumanas, italianas y húngaras. El sector norte del despliegue, el que avanzaba hacia la ciudad de Stalingrado, dependía del VI Ejército del general Von Paulus, pero justo en ese sector los soviéticos estaban empezando a reunir unidades de maniobra detrás de sus propias líneas.
El VI Ejército asaltó Stalingrado pero no consiguió tomarla. La resistencia rusa era a vida o muerte, al tiempo que en las cercanías del frente seguían acumulándose divisiones soviéticas. Stalingrado resistía, y los soviéticos empezaron a considerar la posibilidad de organizar un vasto contraataque que embolsara a la gran unidad alemana.
El 19 de noviembre de 1942, los soviéticos lanzaron su gran contraofensiva contra las débiles divisiones rumanas e italianas, y para el día 23 completaron el cerco del VI Ejército.
La bolsa estaba cerrada herméticamente: el VI Ejército había pasado de sitiador a sitiado, pero Hitler insistió en resistir hasta el final. El 10 de enero de 1943 empezó el último asalto soviético sobre Stalingrado y el 2 de febrero se rindieron los últimos defensores alemanes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario