jueves, 21 de noviembre de 2013

"LA COMUNICACIÓN JIBARIZADA. Cómo la tecnología ha cambiado nuestras mentes" (PASCUAL SERRANO)



La reducción de la calidad de la información, asociada a la velocidad de las tecnologías, está produciendo fenómenos nuevos como la tuiterización de la forma de expresión, así como de la misma información. Se reducen los contenidos, se reducen las maneras de comunicarse, se jibariza el mundo.

Revolución tecnológica, predominio audiovisual, Internet, redes sociales, saturación informativa, obsesión por la inmediatez: tablets, smartphones, wifi, Twitter, Facebook, SMS, WhatsApp, Google, PowerPoint. Los contenidos son instantáneos, sensacionalistas, emotivos, huecos. Todo lo que no cumple con estas premisas es apartado de la agenda. Estamos tan ocupados, distraídos o abrumados por la información que nos llega que resulta difícil darnos cuenta de la forma superficial y “jibarizada” que adopta y del modo en que influye en nuestra manera de consumirla e interiorizarla. 

                                                                        La comunicación jibarizada. Cómo la tecnología ha cambiado nuestras mentes

Resultado: destierro de la profundización, pérdida de la capacidad autónoma de reflexión, incapacidad para la elaboración independiente de conclusiones y, por último, ausencia de una mirada crítica de los acontecimientos.

Pero esta obra no tiene como objetivo embestir contra nuevos soportes, formatos, lenguajes y formas de comunicación. Su objetivo es sencillamente advertir de algunos peligros e intentar influir en la aceptación pasiva y sumisa que mucha de esta nueva tecnología, con sus correspondientes formatos, está provocando en la ciudadanía.





sábado, 9 de noviembre de 2013

OTRO ROMANTICISMO (JAVIER EGEA)



Te escribo nuevamente desde una tarde helada
de esas en que nos puede el sentimiento
y la obsesión -ese pingajo de la soledad-
te derriba, te ocupa, sienta plaza en tu cuerpo
y, lo más peligroso, te alumbra, te interroga.

Y ves que los renglones se estrechan,
las letras se amontonan
y comprendes el hueco imposible,
el espacio que nunca compartimos
y este bello recurso de contarte la vida
poblando de historia y de sueños
las hojas tibias del dolor
que tanto me recuerdan tus muslos o tu espalda.

Por ellos navegué durante tanto tiempo,
en ellos aprendí tantas cosas extrañas,
tanto golpe de mar,
que parece imposible olvidarte así, de pronto,
como quien tira la luz por la ventana,
como quien se despuebla de golpe de esperanza.

¿Quién puede responder sin ningún truco
a las preguntas viejas, enquistadas,
hechas parte de ti?

¿Quién cruzará de un salto las aguas del olvido
sin sentir cómo quema en la carne la sorpresa de un día,
las sábanas de un día, los cuerpos ofreciéndose,
las ojeras del gozo al amanecer?

¿No volverá el amor ,
aquel juego con náufragos y cofres,
a sorprendernos con su mano abierta,
a dejar en la playa de un hombro
como alga de plata que reposa
la saliva brillante del deseo?

 https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEjWF1CAtCg5j47HTH0PeQFCz9Slf7a9SBOTds3DyDql-AnqjvyAL5DAhzDnGSTRBxnM8uZLPpaSg7znWI6jQyOicQEouQxJf93RhNeDr1_Hilndap93Z4dofX4KTvlEq0YyVpEnKSMdAZI4/s1600/jpg_javieregea.jpg

Hay golpes en la vida, tan fuertes… Yo no sé!

Por eso he de decirte -aunque sea por escrito-
que está la casa abierta para ti,
que te esperan los libros, el té, mi soledad,
las dudas de las tardes de domingo,
la pequeña verdad
que no se tiene en pie sin tus palabras.

No es posible saber cuando todo enmudece
y la vida se ha vuelto una sórdida esquina
si nos falló el presentimiento
o será que el mercado nos fue tragando
con sus comadres y su algarabía,
que no supimos vernos ni hablarnos
entre anuncios de sopas luminosas,
promesas y altavoces
pregonando los últimos saldos
de la felicidad.

Será que llevaremos inevitablemente
un lenguaje podrido que amarga el paladar
y te pone a escupir en mitad de la urgencia
cuando toda la historia apenas si consiste
en decirnos que sí, que nos amamos.

Y los golpes, tan fuertes, las aguas del olvido,
tan hondas… Yo no sé!

Hay cosas en la vida
que sólo se resuelven junto a un cuerpo que ama.

Y cartas que se escriben
cuando la prisa clava su aguijón
y te deja colgando del alero
y te da por pensar
que es posible que no nos conociéramos
aunque fuimos viviendo el mismo frío,
la misma explotación,
el mismo compromiso de seguir adelante
a pesar del dolor.