El drama de la emigración, de rabiosa (e hipócrita) actualidad estos días. Las redes de solidaridad de un barrio obrero, personalizadas en el viejo Marx ( Marcel), frente a los invisibles resortes del Estado...hacen este filme de Kaurismaki altamente recomendable; cine social que no solo se limita a denunciar, sino que consigue algo realmente difícil: hace recuperar la esperanza en el ser humano.